Licenciado y nostálgico

He terminado otra etapa de mi vida, (que ganas tenía de decir esto) mis años universitarios han acabado. Antes de pensar en mi futuro prometedor como miembro del colectivo de desempleados me estoy tomando unos dias de descanso para ocuparme de mí mismo y ver las cosas con perspectiva. Ay, que tiempos aquellos cuando empecé la carrera, iba caminando por el pasillo de la facultad con cara de perdido, cuantas mañanas a las 9 de la mañana con las manos ( y los pelos) metidas en arcilla, el cafelito con leche y la tostada de tomate en la cafetería y ese olorcillo a hachis que despues de hacer bellas artes se te hace tan familiar. La gente siempre manchada con algo, pintura, carboncillo, cualquier cosa valía, horas trabajando en algún taller hasta que anochecía, el olor de las clases de dibujo y los banquitos con esa forma tan poco ergonomica que nunca aprendí a usar, que digo yo, ¿nunca pensaron en poner sillas y mesas?. Pero lo más importante es la gente que he conocido allí y lo que me han aportado, hay gente que incluso ya se me ha olvidado, a otros les recordare siempre, he aprendido de memoria muchos consejos de compañeros y profesores. Hay gente que prefiere no acordarse de lo malo, ese no es mi caso, recuerdo a funcionarios inutiles, profesores imbeciles (no encontraba otro calificativo) y alumnos que creen o pretenden ser lo que no son. Es muy dificil resumir lo que sentí el lunes, 13 de Julio cuando hice el último documento en la oficina y la secretaria me dio la enhorabuena, mientras pensaba en todo esto, recorrí los pocos metros que quedaban hasta la puerta, me senté en las escaleras y me fume un cigarro, quería hacer esto por última vez.